El año pasado, nuestra red distribuyó alrededor de 12 millones de libras de frutas y verduras frescas a nuestros vecinos necesitados.
Eso es casi el DOBLE de la cantidad que distribuimos en 2015 -al comienzo de nuestro actual plan estratégico de 10 años- y unas 6 VECES de la cantidad de productos que distribuimos anualmente en los primeros años tras la construcción de nuestras instalaciones de Duquesne, inauguradas en 2000.
Este cambio no fue un accidente, y no siempre fue fácil. Y no ha terminado. Seguimos trabajando para ampliar el acceso a los alimentos frescos: carne, lácteos, frutas y verduras frescas, porque las personas a las que atendemos nos han dicho que son los productos que más desean.
En una encuesta reciente realizada a las personas a las que servimos, sólo el 32% declaró que comía frutas y verduras frescas a diario, porque en muchas comunidades es difícil acceder a los alimentos frescos. El 57% de los encuestados afirmó que es difícil conseguir frutas y verduras frescas en su barrio, y el 83% dijo que las frutas y verduras frescas cuestan demasiado. También sabemos que las enfermedades relacionadas con la dieta son más frecuentes en las comunidades que luchan contra la pobrezay sabemos que la mala nutrición contribuye a una serie de resultados sociales, sanitarios y económicos negativos para las personas que sufren inseguridad alimentaria.
Por eso nos hemos fijado el objetivo de que los productos frescos representen el 50% de nuestra mezcla total de productos, y estamos transformando nuestras instalaciones, nuestra flota, nuestra red y nuestros modelos operativos para conseguirlo.