Lisa creció en Pittsburgh y ahora vive con su madre en Clairton. Ambas recibían asignaciones de emergencia del SNAP, pero cuando se acabaron, tanto ella como su madre tuvieron que hacer serios cambios para mantenerse a flote.
"Nos puso en un aprieto. Tuvo que volver a trabajar. Trabaja en Rite Aid para poder pagar las facturas y comprar comida. No es tan fácil", dice Lisa.
Entre Lisa y su madre, las dos perdieron 410 dólares al mes en prestaciones del SNAP. La tensión tiene a la familia en constante preocupación por la comida y las finanzas.
"Siempre estamos preocupados por si vamos a cenar hoy o mañana. Si consigo dinero, todo mi dinero se va en ir a la tienda y comprar comida para que podamos comer. Porque estoy alimentando a dos personas, a mi madre y a mí".
Lisa ha contribuido a aliviar su factura alimentaria acudiendo a The Market, la despensa del Banco de Alimentos.
"Parece una tienda normal. No es como si tuvieras que avergonzarte. Sé que la gente se avergüenza porque siente que no puedes hacerlo. Pero no es vergonzoso, es lo que tienes que hacer para sobrevivir".